Fernando Umaña, de nacionalidad chilena, fue cooperante con Progressio de noviembre 2005 a noviembre 2011. Fernando haciendo una presentación en una asamblea en el municipio de Altamira en la República Dominica.
¿Qué has hecho desde cuando terminaste tu convenio con Progressio, y que haces ahora?
Desde que terminé mi convenio con Progressio he regresado a Chile, específicamente a la ciudad de Punta Arenas, y desde entonces estuve trabajando en consultorías en forma independiente y actualmente me desempeño en la Secretaría Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo, como responsable del área social y además imparto docencia en una institución de educación superior.
Por favor describe tu rol como cooperante, y la organización con que trabajaste.
Me desempeñé en la Fundación Solidaridad, en Santiago de los Caballeros, desde donde prestaba asesoría en procesos de participación ciudadana para los gobiernos locales de la región norte del país; en forma particular asesoré la elaboración del Plan Estratégico del municipio de Altamira y posteriormente la implementación y acompañamiento del Presupuesto Participativo del mismo municipio. También daba seguimiento a otros proyectos que implementó la Fundación, como los de Observatorio Ciudadano y talleres de capacitación a dirigentes de organizaciones locales.
A continuación estuve coordinando por tres años un proyecto a través de la Federación Dominicana de Municipios (FEDOMU) en su apartado regional, la Asociación de Municipios de la Región Cibao Norte, donde se implementó un proceso de diseño, elaboración y ejecución de Planes de Desarrollo Municipal, instancia que actualmente se replica a nivel nacional en la gran mayoría de los municipios del país.
¿Qué te animó/inspiró a postularte como cooperante para Progressio?
Mi formación profesional de Antropólogo me llamaba a tomar esta oportunidad de conocer una cultura diferente a la de mi país, lo cual se conjugó con la motivación y apoyo de parte de Pamela, mi pareja, para tomar esta decisión.
Aunque debo decir que esa fue la primera parte de una gran decisión, pues esto me llevó por un año y medio a República Dominicana la primera vez, si, la primera vez, ya que posteriormente volví a postular porque me gustó la experiencia y quedé con gusto a poco, tan gusto a poco que lo que aquí les cuento se prolongó por seis años más, donde esta experiencia de cooperación ha dejado un gran huella en mi vida.
¿Qué te impactó más sobre el modelo de cooperante de Progressio?
La libertad de trabajo. Aun cuando el trabajo se desarrolla de acuerdo a objetivos, puedes ajustar los mecanismos o estrategias de acuerdo a lo que se requiera en cada parte del proceso que se lleva a cabo. La experiencia del personal local, más la propia y junto con la voluntad de los beneficiarios y beneficiarias requiere ir ajustando los pasos para llegar con éxito al final del camino, lo cual es una ventaja enorme. Cada decisión no es tú decisión, es la decisión de todos los que somos parte de esa experiencia, cada uno tiene algo que decir, y escuchamos a todos los que quieren decir algo, así le damos fortaleza a nuestras acciones, donde nosotros solo orientamos, escuchamos, despejamos, pero quienes realmente deciden son los dueños de esos proyectos, de esas acciones.
¿Qué disfrutaste/te gustó más de tu experiencia como cooperante?
El conocer muy en profundidad la cultura caribeña. Mis amigas y amigos dominicanos, me enseñaron a darle más sentido a la vida, a darme tiempo para disfrutar de lo simple, de lo escaso, de las persona.
¿Cuáles fueron algunos de tus grandes éxitos mientras trabajaste de cooperante?
Uno de los grandes objetivos de la cooperación es transferir conocimientos, una experiencia que no es tan fácil de llevar a cabo, pero que se realiza en todo momento y que abarca varios aspectos. A un par de años de mi salida del proyecto de Presupuesto Participativo del Municipio de Altamira, esta experiencia funcionaba en forma independiente solo con personal local, manteniendo y mejorando los índices de gestión y cumplimiento, lo cual me hizo sentir muy contento por el trabajo realizado. Ellos ya no necesitaban de mi experiencia profesional, aunque siempre dicen lo contrario.
Y el otro gran éxito ha sido la implementación del proyecto PLANIFICA. Una instancia de planificación a nivel municipal que se ejecutó en plan piloto en municipios de la región norte del país y que actualmente se ejecuta a nivel nacional. Trabajamos con un gran equipo de profesionales dominicanos que llevó esta experiencia desde un punto cero en la realidad dominicana, donde solo se mencionaba en la ley de municipios dominicanos, ya que nunca se había implementado, y que nosotros plasmamos esto en una realidad, desde el diseño, elaboración de manuales, creación de planes de desarrollo, capacitación, en fin, todo un gran proceso que actualmente está en todo el país y que para quienes trabajamos en el municipalismo ha sido una experiencia inolvidable.
¿Cuáles fueron algunos de los principales desafíos y lecciones aprendidas?
La desacreditación del tema político es una situación muy fuerte para quienes trabajamos en procesos de participación ciudadana. Los ciudadanos y ciudadanas han perdido credibilidad en los mecanismos democráticos y en quienes los representan, lo cual genera un escenario poco favorable para implementar enlaces entre la ciudadanía y las autoridades. Sin embargo, la confianza es el pilar más importante sobre el cual se construye cualquier ejercicio democrático, y la apuesta en esta experiencia fue reconstruir este aspecto del ejercicio ciudadano.
Cuando las autoridades ponen a disposición cuotas de poder y la ciudadanía vuelve a confiar en la voluntad de sus autoridades, se logra, ocurre y fluye la democracia. En nuestros tiempos esto parece una cosa de otro planeta, pero es posible, los presupuestos participativos a nivel mundial son una realidad, pero solo son reales cuando hay voluntad política de hacer procesos reales, no construidos en pirámides de agua, sino con la gente y para la gente.
¿Qué consejo darías a alguien que está pensado ser cooperante?
Que se atreva a dar este gran paso. La oportunidad de trabajar en otro país es muy importante en términos profesionales, pero por sobre todo la satisfacción de compartir y aprender con personas de otras culturas es sumamente valioso, no te arrepentirás.