Noelia Ruiz, de nacionalidad Española, es una cooperante trabajando en estrategias de género para la prevención del VIH en El Salvador. En la foto se puede ver una actividad que se realizó con el personal del Ministerio de Salud, sobre género y masculinidades para la prevención del VIH. Noelia sale en la foto, en la parte derecha con un suéter morado y pelo rizado.
¿Cuál es tu formación/experiencia de trabajo?
En mi época de universidad empecé a colaborar como voluntaria en una ONG que trabajaba, sobre todo, en colaboración con América Latina. Este voluntariado me permitió conocer la situación del mundo y las causas de las desigualdades que se dan entre los países empobrecidos y enriquecidos. Para mí fue un despertar a estas situaciones, y en ese momento surgió un compromiso personal con estas causas. A partir de ahí, mis experiencias laborales han estado muy cercanas al mundo de la cooperación.
¿Qué te animó/inspiró a postular a una vacante de cooperante con Progressio?
A través de mi voluntariado en la ONG española, tuve la oportunidad de pasar un tiempo en El Salvador, primero como voluntaria en una organización que trabajaba con niñez en calle, y más tarde en una organización que centra su trabajo en la defensa de los derechos de las mujeres que se dedican al trabajo sexual. En este tiempo, tuve la posibilidad de conocer el trabajo de Progressio, ya que una de mis compañeras de trabajo era cooperante.
Cuando llevaba dos años de mi regreso a España, una amiga me comentó de la plaza en Progressio. La decisión de postular no fue fácil, por un lado pesaban las ganas de volver a El Salvador, que en esos años me perseguía de vez en cuando, pero por otro lado estaba la incertidumbre de dejar cierta estabilidad de vida, y estar otra vez lejos de la familia y de las amistades. Al final, me decidí a postular para ver qué sucedía, y cuando pasé las sucesivas entrevistas, ya estaba otra vez ilusionada con la posibilidad de volver a un país que ya consideraba mi segunda casa.
¿Cuál es tu primer recuerdo al llegar al país del convenio de cooperación?
La primera vez que llegué a El Salvador, recuerdo la ola de calor que sentí al salir del avión, y el olor a vegetación y humedad. Siempre que regreso al aeropuerto y siento ese mismo olor recuerdo ese día de mi llegada. En el aeropuerto nos estaba esperando compañeras de la organización, nos subimos al microbús, y después de las primeras frases de la conversación, pensé, “aquí no hablan español, o es que después del viaje mis oídos no están bien”, porque era incapaz de entender toda la conversación. Con el tiempo descubrí el término “caliche”, que es la jerga salvadoreña, después de los años ya tengo incorporadas a mi lenguaje muchas de estas expresiones que en un principio me eran totalmente desconocidas.
Mi llegada como cooperante de Progressio, fue curiosa también, pensé que el país no me recibía bien, ya que había perdido el avión en Miami, y las maletas no llegaron, pero esta sensación desapareció cuando volví a sentir ese olor tan característico, el calor, y Carmen esperándome en el aeropuerto. El viaje hasta San Salvador, fue un recordatorio de paisajes, y una puesta al día de lo ocurrido en esos años.
¿Qué disfrutas/te gusta más de tu rol?
Lo que más me gusta de este trabajo es la relación con la gente. Este tipo de trabajo nos permite tener una relación muy directa con la gente, a través de talleres, de los procesos de formación, de la vida diaria de las organizaciones. Estos procesos son muy enriquecedores, ya que hay un intercambio de experiencias, en los que hay un aprendizaje mutuo. Otra de las cosas que me ha gustado y que disfrutado mucho son las conversaciones con las otras personas cooperantes, creo que me han servido mucho tanto a nivel profesional como personal.
¿Cuál ha sido el momento más emocionante hasta ahora?
Han sido muchos momentos. Una de las cosas que recuerdo mucho de los primeros meses, es la música, y su relación con los sentimientos de los cambios políticos que se vivían en esos momentos en el país. Esta música acompañada de conversaciones sobre la historia del país, fue una forma interesante de conocer una realidad.
A nivel profesional, ha habido muchos momentos que me han marcado. El trabajo que hacemos está dirigido al replanteamiento y los cambios del sistema patriarcal, que logren la igualdad real entre hombres y mujeres. Estos cambios socio culturales que buscamos no son muy visibles sobre todo en el corto plazo, por lo que en ocasiones genera momentos de frustración, pero esto son pasajero cuando sientes que estos cambios son importantes y totalmente necesarios.
¿Y la lección más importante?
Muchas. Como decía anteriormente los cambios sociales que se impulsan desde el convenio de cooperación, no son fáciles ni rápidos, por lo que es importante verlos como procesos personales, incluso en una misma. La relación y el intercambio continuo con otras personas, ya sean las poblaciones meta como las y los colegas, hacen que una misma se reconozca dentro de estos procesos personales de cambio, por lo que siempre son muy enriquecedores. Vivir lejos de mi entorno conocido, de mi país, también me ha permitido conocerme más a mí misma, reconocer las fortalezas pero también las debilidades, en las que hay que seguir trabajando.
Desde que empezaste tu convenio ¿qué es el cambio mayor que has visto?
Hay muchos testimonios de personas que han participado en los procesos impulsados por el convenio de cooperación que me han impactado. Uno de ellos, que creo que nunca se me olvidará, es el de una mujer, que después de pasar un proceso de formación sobre género, compartió que ella llevaba años sufriendo violencia por parte de su pareja, y que siempre se había sentido responsable de ello, pero después de los talleres sintió que la violencia hacia las mujeres no es “normal” y que ella no es responsable de provocarla. Durante estos años, he escuchado muchos testimonios parecidos, que te hacen ver y sentir, lo necesario que es trabajar el tema de género con las mujeres, y también los procesos de masculinidades con hombres.
¿Cuál es el reto más grande que se presenta en el sector/área temática en la que trabajas en el país donde estás cooperando?
El Salvador ha avanzado mucho en los últimos años respecto al tema de la equidad de género, sobre todo a nivel de legislación, y en la visibilización social que se ha hecho de la violencia machista, por parte del nuevo gobierno. Estos avances son importantes, pero todavía queda mucho que hacer respecto a los cambios socio culturales que construyan una sociedad más justa entre hombres y mujeres, y donde la violencia hacia las mujeres no sea naturalizada, ni justificada. El mayor reto es construir esta sociedad, ir caminando en los cambios personales, y que éstos se vayan convirtiendo en cambios sociales y culturales.
¿Si pudieras cambiar algo qué sería?
Hay cambios que se han ido dando en estos años, los ajustes entre lo que una quiere hacer y lo que es posible hacer, la adaptación a los tiempos, a las necesidades de las organizaciones.
La cooperación tiene que ser flexible, e ir ajustándose a las situaciones, muchas veces imprevistas, que se dan a lo largo de los convenios. Es una mezcla, como dice una amiga, de no perder los sueños, pero adaptándolos siempre a lo posible, a la realidad.
¿Qué te impacta más sobre el modelo de cooperante de Progressio?
El modelo de cooperación de Progressio, me parece interesante, porque te permite conocer de primera mano una realidad. Primero con el proceso de orientación te haces una idea de la situación e historia del país en general, y luego con el trabajo con la contraparte vas conociendo la realidad más cercana de las personas, y comunidades. Otra de las cosas importantes es el trabajo conjunto con las organizaciones locales, el poder involucrarte en una y trabajar de la mano con ella, con el intercambio de conocimientos que esto conlleva.
¿Qué consejo daría a alguien que está considerando postular a una vacante de cooperante?
Que se anime a postular, que llegue al país con la mente abierta para conocer. Que no lleguen con ideas preconcebidas de lo que se van a encontrar, sino que lo vayan descubriendo poco a poco. Es enriquecedor conocer otras realidades, encontrarse y descubrir un país conjuntamente con las personas que te reciben.
¿Dónde imaginas que vas a estar cuando se termine tu convenio de cooperación? ¿Y en qué manera(s) éste convenio te ayudará?
Este convenio de cooperación me ha dado la oportunidad de aprender mucho, sobre todo en lo relacionado con el tema de género, y el trabajo tanto con mujeres como con hombres. En un futuro me imagino trabajando en estos mismos temas, no sé si en El Salvador, o en España.